lunes, 9 de mayo de 2011

Oddé

Oddé se presenta como el padre de Oshosi, hijo de Yemayá y Osain. Es dignatario de los hechiceros cazadores. Es una especie de Entidad que vive con Ozain, del cual se dice que es hijo legítimo. A Odde se le relacionan 101 especies diferentes de aves, aunque en su carga sencilla se utilizan sólo 21 especies. Lleva muchas raíces, entre las cuales no pueden faltar: papa, Shayo y varias tierras y palos. Se monta en un muñeco que tiene la lerí forrada de caracoles y rematada con un frontil de venado, con sus astas y dos tarros de buey.


Es un Orisha que entregan exclusivamente los Babalawos y las funciones de Oddé son muy parecidas a las de Oshosi.


Oddé salva a las personas de la persecución, de las injusticias que ocurren en los tribunales, de las fuerzas e irradiaciones malévolas orientadas contra una persona inocente. Oddé no se asienta en cabeza de nadie. Los Oloshas no lo consideran un Orisha Ololori de ningún ser humano sino una especie de fuerza de la naturaleza o del entorno.


PATAKIN


El Camino Donde Nació Oddé.


En la ciudad de Ketú vivía Okute que era mujer de Ogún Alaguede y tenía tres hijos; Añaguí, Akoro e Igbó. Igbó tenía los cabellos largos y con vuelos como un carnero, Añaguí vivía en los arrecifes y tenía dos caras. Y Akoró era muy feo y trabajaba en los campos.


A Añaguí ella lo dejaba en los arrecifes pues él no quería salir de allí. Un día ella va a casa de Orunmila a ver la suerte de sus otros dos hijos Igbó y Akoro y le salió Oyekun Birete, donde Orunmila le dijo que uno de sus hijos sería cazador; pero si él cazaba de noche en luna llena, Osain lo encantaría y no podría volver a la casa. Yemayá regresó a la casa y se lo dijo a Igbó, pero este no hizo caso y salió a cazar en luna llena. Todos los cazadores en el monte se reunieron alrededor de un gran Iroko y de ahí partieron. En el monte, Igbó se encontró con Osain el cual lo encanto con sus hojas y se le adormeció toda la cabeza y no sabía donde se encontraba. Cuando se despertó, se había convertido en Oddé -el hechizado- sin saber nada más de lo que sucedía en el mundo de los vivos. Cuando la cacería terminó los cazadores se reunieron junto al iroko y llamaron con sus cuernos de caza en vano, pues él no regresó. Akoró se puso muy inquieto cuando los cazadores le dijeron a Okute que su hijo no había regresado. Yemayá supo enseguida lo que había pasado. Akoró decidió ir a buscar a su hermano y fue a la herrería de su padre y forjó siete herramientas -pico, pala, hacha, lanza, cuchillo, guadaña y machete-, se las echó sobre la espalda y se fue al monte. Abrió un camino cantando:


"Ogún Nikote Bowale
Mariwó Loare
Akoro Nikoto Bowale
Mariwaó Loare".


Y se encontró con Oddé cubierto de plumas de los animales cazados. Lo echó sobre su espalda y volvió con él donde Okute. Ésta no lo quiso recibir y le dijo que por desobediente no era digno del amor de su madre ni de su padre. Akoró dijo: "Si ustedes no pueden recibir a Igbó, no me reciban a mí tampoco, me voy con él para el monte". Y en el camino cantaba:


"Awa Bogbo Ni Togun O
Nile Tona Ni Alaguede
Awa Siba Omorode
Ogún Akoro Shi
On Bogbo Koro Nire
Mariwao Obogde Obogde
Ogún E Mariwo Obogde Obogde".


Y así se quedó a vivir con Igbó.

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